Review 14: Quería algo ligero
Y no voy a comparar este libro con Anna Karenina, pero digamos que ligerito, no fue.
Empecé a leer How To End A Love Story de Yulin Kuang porque mi amiga Astrid (hola!) lo impuso en nuestro club de lectura. No sé si yo lo hubiera elegido, pero estoy muy agradecida de que ella tenga buen ojo para elegir libros.
D R A M A
Iba por la página 30 y pensé: ni cagando es una historia de amor. En mi cabeza, iban a ser amigos y esta iba a ser una historia de perdón y aprendizaje… bueno no.
La historia empieza en un velorio, donde una joven Helen está tratando de entender la muerte de su hermana menor. De pronto entra a la iglesia Grant.
Rápidamente nos enteramos que Grant, según Helen y sus papás, es el responsable de la muerte de Michelle, la hermana que está en el ataúd. La verdad es que Michelle se lanzó delante del carro de Grant, no se le puede adjudicar ningún crimen, pero claro, es más fácil echarle la culpa.
Pasan los años y Helen es una escritora famosa, van a convertir sus novelas en una serie de televisión y, cero puntos por adivinar quién es uno de los escritores. Obviamente, Grant. El homecoming king del high school al que ambos fueron.
¿Cómo convierten esto en una historia de amor?
Ah pues, lean.
Y aunque no voy a comparar este libro con Anna Karenina, digamos que ligerito, no fue
Un hincón que duele
Siempre he pensado, de hecho creo que es una creencia muy común, que los mejores libros, o cualquier forma de arte en verdad, te hacen sentir algo. Y bueno, con este libro reviví (en mi cabeza) un mini romance que tuve hace un par de años. Y también la pena de terminar con alguien.
Cuando estos personajes torturados sufrían, yo sufría con ellos. Y, siendo justos, es fácil decir qué exageración, qué dramático, etc. Yo sería la primera en ser una cínica y decir todas esas cosas, pero la verdad es que, sin ese drama extra nadie leería esto. Incluida yo. Y disfruto ese sentimiento de pena cada segundo.
Lo cual no quiere decir que ahora quiero sufrir de amor como cuando lloraba a las 3 de la mañana y genuinamente pensaba que me iba a morir, no. Pero de alguna manera extraña es curioso (¿y hasta placentero?) revivir un sentimiento que se convierte en una sensación corporal que hace tiempo no sentías.
Para mí, esa pena siempre ha sido como un hincón en el corazón pecho.
Las historias de amor
Cierro aclarando que tengo sentimientos conflictuados con este género. Siempre termino pensando que los finales son cursis e innecesarios; de hecho, creo que este libro pudo cerrar sin el último capítulo. Y aunque no puedo negar que he gozado cada segundo de las idas y vueltas, desde la página 31 sabía como iba a acabar esto.
Cumplió su misión
Quería algo ligero y, no sé si lo conseguí, porque he llorado leyendo esto, pero también me reí tan fuerte que Ignacio se volteó a preguntar ¿de qué te reís? ¿qué dice?
Recomiendo esto para alguien que quiera leer algo entretenido, que se lea rápido y que no te deje cuestionando qué significa todo como me pasó cuando leí esto, esto o esto.
Besos,
MG.